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miércoles, enero 13, 2010

Zigurats























































Para mi alivio y alegría descubrí que M.C."S" también asume un problema autogenerado que titula con el descriptivo nombre de "Zigurats". Es por eso que un estudio amplio sobre este fenómeno podría tener como autores los siguientes: "Guillermo Domínguez, M.C."S" et al.", donde uno siempre aparece como primer autor (o último, que mola más).

Los Zigurats, aparte de lo que podéis aprender aquí, se generan en el estudio o habitación de quien los sufre y están formados, en sus primeras versiones, por libros.

Un Zigurat de libros es una formación debida a una mente inquieta, ocupada, despierta, ávida de
conocimientos y, sobre todo, una persona falta de espacio y de sentido del orden. Los Zigurats aparecen, como los estratos de una roca, poco a poco y a lo largo de un mes descuidado pueden convertirse en auténticas formaciones dignas de contemplar y reflexionar sobre ellas.

En primer lugar un Zigurat nace de un coleccionismo bibliófilo al que muchos somos aficionados: poseer libros y más libros. Factores que ayudan a la aparición de Zigurats son la búsqueda rápida de un dato o un hecho de un campo concreto del que se posee quizás conocimiento superficial y sobre el que se desea ahondar. Un ejemplo de ello es: "¿Oye Guillermo esto del entrelazamiento cuántico qué es? ¿Es verdad que dos partículas pueden estar "conectadas" incluso a varios kilómetros?" y entonces uno, con afán de no parecer un inepto da una explicación ininteligible y balbucea que en efecto es así y que "un día te cuento más cosas, ¡es muy interesante!" y entonces en casa sacas unos cuántos libros de Cuántica y repasas el tema, sólo para descubrir con horror (y a la vez placer) que cada vez sabes menos del entrelazamiento y que la cosa se complica y que a ver cómo le cuentas a tu amigo eso de los espacios de Hilbert. Por cierto, ¿no tenía yo un libro muy bueno sobre álgebra? ¡Guillermo a Cenar! gritan desde abajo, rapidamente coloco los libros en un montón en la mesa más cercana de la habitación y bajo las escaleras.

Y hemos generado, sin darnos cuenta, lo que se llama un Zigurat en estado de nucleación.

Según pasan los días decae el tiempo que podemos dedicarle a la duda de este amigo, al que no volveremos a ver, por cierto, en un mes. Y el Zigurat de libros sigue ahío, amontonado. Sin darme cuenta pongo dos carpetas de apuntes de clase en cima y antes de salir de casa dejo la novela que estoy leyendo (una de ellas).

El Zigurat crece.

¡Qué interesante la reunión de ayer en la Sociedad Tolkien! ¡Lo que dan de sí los Vikingos! Aprovecho para sacar unos cuántos libros de Sagas Nórdicas, Historia Medieval Inglesa y una National Geographic con un reportaje sobre enterramientos daneses. Lo amontono con cuidado, ésta vez consciente de ello, al lado del Zigurat o quizás en la otra mesa, o en el banco de apoyo que tiene varias mochilas y papeles sueltos.

Y sigo leyendo mis novelas, algún que otro libro de divulgación y aprovecho para sacar el monográfico de la Investigación y Ciencia sobre el Cambio Climático, que dejo al lado del último paper de Nature, sin darme cuenta he generado un Zigurat pequeño, al lado del otro Zigurat.

Rápido, rápido, saca los libros de física básica que mañana tengo clase con los de primero y tengo que hacerme los problemas. No con mucho acierto he puesto sobre el montón de libros de Estado Sólido y Física de Superficies una carpeta gorda del Doctorado, desestabilizando el Zigurat de la Tesis.

Cielos, qué horas son estas, ¡a dormir! Mi espalda secunda la propuesta, amontono en el suelo la pila de libros que hay sobre la cama.

Los Zigurats ya han crecido, sobre todo en épocas de exámenes, cuando uno pasa mucho tiempo en casa y acaba abriendo todos los libros de su alrededor. O quizás en épocas de mucho trabajo y casi sin pasar por casa, más peligroso quizás, porque los Zigurats no son temáticos.

Podemos clasificar los Zigurats de libros por temas, por dimensiones, por ubicación, por utilidad, por el nivel de estrés que generan. Quien los alimenta y observa como crecen y se reproducen mientras las tareas aumentan sufre estrés al ver que necesita ya los conocimientos que desea y el tiempo para obtenerlos sin embargo es cada vez menor.

Pero lo más interesante es ver algunos ejemplos. Podéis observar en las imágenes de arriba Zigurats en formación y Zigurats en su plenitud de desarrollo.

Existen Zigurats con cúspide en "vaso apical", son aquellos que, en lo alto de su tambalente y retorcida estructura son coronados por el vaso de leche de anoche. Una delicia para el equilibrio.

Muchos Zigurats llegan a fundirse, partiendo de bases diferentes y alcanzando una altura similar, se unen mediante un documento amplio que abarca parte de ambas secciones. Estos son trementamente peligrosos cuando uno intenta acceder a uno de los temas del Zigurat padre.

Los Zigurats de forma ortorrómbica son los más comunes pero cuidado con los que desarrollan forma hexagonal, su estructura interna, al igual que la estructura interna de las estructuras cristalinas densas, es hcp, esto es, como las naranjas en el supermercado. Muy compactos pero terribles en su energía almacenada, si por error desmontamos una pieza inferior podremos ver nuestro pie enterrado en libros, caros muchos de ellos, amados todos.

Dicen las leyendas de gente aplastada por Zigurats de libros que llegaban hasta el techo y trataban de enciplopedias egipcias y libros de arte. No lo creáis. Lo normal es que la altura máxima de un Zigurat alcance, en una mesa, unos 60 cm y desde el suelo un metro. Los del suelo son especialmente peligrosos en la oscuridad.

Se han estudiado Zigurats formados sólo de carpetas, o de discos de música, pero no son tan interesantes, especialmente si se tratan sólo de una zona de trabajo. Lo interesante del Zigurat es la morfología, la estratología y la nucleación y desarrollo en función del ritmo de vida y del amplio registro de intereses de su creador.

Os animo, queridos lector y medio, a que me contéis si sufrís también de este fenómeno tan característico de los hijos con barba en casa de sus padres o de los tipos con muchos libros y pocas estanterías y varias mesas. Es interesante el estudio de la relación entre la tendencia a bucear en las bibliotecas y librerías y el tipo de personas que tienen Zigurats en casa y les dejan crecer... hasta que son victimas.

Cuidaos de los Zigurats y de su mala tendencia a modificar constantemente la prioridad de los libros que estáis leyendo, pues no sólo llevan consigo la máxima "divide y vencerás" (pues comenzamos a leer diferentes libros en diferentes partes a la vez) sino que van acompañados de un crecimiento de la población de marcapáginas.